Sargantana negra de Menorca (Isla del Aire)
Itziar Lecea
Las islas, por su condición de aislamiento, son perfectas para mantener y desarrollar especies únicas.
En Menorca hemos tenido algunos ejemplos. Pero rizando más el rizo, está la sargantana negra o lagartija negra, una especie que existe únicamente en la Isla del Aire, en la costa sur de Sant Lluís, justo delante de la playa de Punta Prima. ¿Le echamos un vistazo?
El dragón negro
Como bien indica su nombre, la lagartija negra es de color oscuro por el lomo y de tonos azules en la parte del vientre. De un tamaño relativamente considerable, esta subespecie de la lagartija balear existe desde hace millones de años.
Pero ¿cómo quedó atrapada en un islote de 1,2 kilómetros de ancho?
Hace 9 millones de años, el Mar Mediterráneo presentaba un aspecto muy distinto al de ahora. Totalmente seco, empezó a llenarse de repente en una época de deshielo.
De esta forma, las especies que campaban libres por todo el terreno, quedaron separadas. Sin embargo, este fenómeno por si solo no explica cómo la lagartija negra subsiste en la Illa del Aire, teniendo la costa de Menorca tan cerca.
Aquí es cuando entra la mano del hombre, que pobló la isla mucho tiempo después.
La introducción de especies depredadoras como las serpientes, causó la extinción de este pequeño dragón en todas partes, excepto en el pequeño islote.
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Adaptarse o morir
La lagartija negra ha sobrevivido durante millones de años confinada a esta pequeña porción de terreno. Un islote seco y poco elevado con apenas vegetación no parece el mejor lugar para vivir. Sin embargo, se las ha apañado bastante bien.
A parte de comer insectos, como buen omnívoro que es, se descubrió recientemente que la lagartija negra es la causante de la expansión en el islote de otra especie: la planta rapa mosquera.
Aprovechando todos los recursos posibles, la lagartija escarba dentro de las flores de la rapa mosquera, donde quedan atrapados moscas e insectos.
De esta forma, y sin quererlo, nuestra lagartija más oscura ayuda a la polinización de esta especie, que ha proliferado con mucha rapidez. Así, la “sargantana” demuestra que cualquier recurso es bueno para vivir libremente.
Y, de paso, poblar una isla que presenta uno de los índices más altos de concentración de reptiles por metro cuadrado del mundo.
Aislada (y protegida) por el hombre
Tras aislarla en su pequeño reducto, los humanos no han hecho mucho caso a este reptil. Hasta hace poco. Fue en 1979 cuando la lagartija negra de la Illa del Aire pasó a ser una especie protegida, gracias a su inclusión en el Convenio por la Conservación de la vida silvestre del Medio natural de Europa, más conocido como Convenio de Berna.
A nivel estatal, su protección se regula por el Real Decreto 139/2011.
Así que ya sabes. Si no te dan miedo los dragones, por pequeños que sean, date una chapuzón hasta la Illa del Aire y convive un rato con esta especie milenaria.