Menorca es la isla donde se dona más sangre

Por Itziar Lecea

Hace pocas semanas se hizo un llamamiento a la población de Menorca: un niño con leucemia necesita un transplante de médula ósea. Y el primer día de campaña de donaciones, faltaron horas para atender a todas las personas que acudieron a la llamada. Queda más que claro que Menorca es solidaria, cuando se trata de salud. De hecho, es la isla donde más personas son donantes habituales de sangre y donde se recogen más bolsas para mandar a hospitales.

Sin embargo, no es suficiente. En las islas se necesitan alrededor de 200 bolsas de sangre al día. Y solo el 2% de la población es donante. Desde la Fundación del banco de sangre y tejidos de Baleares calculan que si este porcentaje subiera hasta el 3% o el 4% las reservas de sangre serían suficientes.

Pero por ahora, los llamamientos de casos puntuales, como el de este niño de Ferreries que necesita nueva médula ósea (y también sangre para superar el proceso de transplante), es lo que salva vidas en la isla.

La donación en primera persona

Es el segundo caso de un niño con leucemia en la isla en los últimos 20 años. Recuerdo el primero como si fuera ayer. Se hizo un llamamiento similar, y fueron centenares las personas que en su momento se animaron a formar parte de la red mundial de donantes de médula. Sin embargo, el donante compatible no llegó a tiempo. Puede que sea el miedo a las agujas, la pereza de ir a un hospital estando sano, o la simple apatía la que nos impide realizar un acto que para otra persona significa la diferencia entre la vida y la muerte. Es por eso que, en este caso, no me lo pensé. Y acudí, más nerviosa que tranquila, a donar médula.

La donación en si no se realiza hasta que alguien que lo necesita es 100% compatible contigo. Y como el proceso para entrar en el banco mundial de donantes de médula es prácticamente igual a la donación de sangre, me dejé pinchar las venas por ambas causas.

Primero, toca rellenar los papeles. Estar sano, pesar lo suficiente, y estar en unas condiciones óptimas es primordial para hacer la donación. Como me dijo el médico “no queremos que te pongas mal por hacer un bien”. Tras las comprobaciones de presión y hemoglobina por parte de las enfermeras, el médico se asegura de que esté todo en orden en una breve entrevista. Y él decide si puedes donar o no.

En mi caso, y sin saber muy bien dónde me había metido, pasé todos los filtros. Así que respiré hondo y procuré dejar mi miedo en la sala de espera cuando me tocó el turno de tumbarme en la camilla. Primero, un pinchazo, como los que te dan cuando te hacen un análisis de sangre. Junto con los papeles, el primer tubo se manda como muestra al banco de médula. Y después, pasar un rato largo abriendo y cerrando la mano para ayudar a la circulación y llenar el casi medio litro de bolsa de sangre. No llegué al final (antes me mareé y el personal sanitario fue muy atento conmigo para que me recuperar bien del mareo). Pero al menos di un poquito, lo que pude, para estar más cerca del 3%.

¿Te animas tú también?

www.donasang.org/es_index.html